sábado, 16 de abril de 2011

Por qué un concepto tan antiguo como la responsabilidad social empresarial no pasará de moda



¿Dónde apareció el concepto? ¿Se sobreusa? ¿La reputación y el acceso a mercados dependen de la capacidad de responder a las demandas de la sociedad?. Opinión de Maria González-Pérez, jefe del depto. de Negocios Internacionales. Universidad Eafit.

Desde hace cerca de una década se viene comentando el sobreuso del concepto de responsabilidad social empresarial. Sin embargo, su relevancia es cada vez mas manifiesta. Para todos es innegable la proliferación de contextos y escenarios en donde se usa el concepto “responsabilidad social empresarial”, y esto debido a que responsabilidad social empresarial (RSE) tiene diferentes significados para diferentes grupos de personas. Es un concepto que parece decir mucho, pero al mismo tiempo es un concepto multidimensional, ambiguo, flexible, y poco conciso.

En el año 2003, Thomas Bredgaard explicaba que el sobreuso del concepto se debía a que este hace parte natural de un discurso para asegurar el apoyo y el interés de todas las agendas políticas y sociales posibles. Efectivamente, podemos observar que el concepto se utiliza cada vez con más frecuencia, especialmente con fines reputacionales en las relaciones públicas de todo tipo de organizaciones. Pero, más allá de un concepto incorporado a los discursos de posicionamiento social y político, desde finales de los años ochenta investigaciones de corte gerencial y económica han identificado correlaciones entre las prácticas asociadas a la responsabilidad social corporativa con el rendimiento económico de las empresas. Aún, así la relación causal no se evidencia de manera explícita. De hecho, se puede cuestionar si las empresas se comportan socialmente de manera responsable debido a sus éxitos económicos, o si se convierten en compañías exitosas porque se comportan responsablemente con la sociedad.

Desde la década de los noventa, la posibilidad de reportar masivamente y de manera instantánea testimonios, imágenes y videos conducentes a escándalos corporativos a través del Internet, junto con el crecimiento de la influencia de los medios de comunicación, ha aumentado la vulnerabilidad de las empresas y las marcas asociadas a estas. Al mismo tiempo, el incremento del comercio y negocios internacionales ha hecho necesario para las empresas y empresarios apelar a principios universales que excedan el cumplimiento de legislaciones domésticas, no solo por las complejidades culturales y expectativas locales, sino porque el ser socialmente responsable es hoy por hoy una condición de acceso a mercados. Es por tal razón, que la RSE actualmente influencia todos los aspectos de las operaciones empresariales combinando la misión y la estrategia empresarial con las expectativas sociales.

El origen del concepto “responsabilidad social empresarial” no está asociado con un autor en particular o con una fecha en específico. Se pudiera decir que la noción de RSE es tan antigua como las empresas puesto que la preocupación y el sentido de compromiso con la sociedad de las empresas siempre ha estado presente; no obstante el uso del concepto ha coincido con los nuevos roles de las empresas en las economías, la sociedad y las comunidades internacionales.

En el siglo XVIII, al comienzo de las sociedad industrializadas, algunas empresas privadas internalizaron sus responsabilidades sociales de manera paternalista hacia sus empleados. Durante el siglo XIX, el cooperativismo y asociacionismo fueron vistos como modelos conciliadores con los principios de democracia, participación comunitaria y justicia distributiva. Desde comienzos de la era industrial, las practicas y principios aplicados de RSE obedecían a iniciativas derivadas de creencias religiosas y éticas de los dueños de las empresas y de los miedos a acciones radicales de los trabajadores descontentos. A comienzos del siglo XX, eran escasas las obras de filantropía corporativa. Empresarios adinerados hacían donaciones a causas caritativas de sus arcas personales, lo cual sugiere que la filantropía corporativa evolucionó de las iniciativas de individuos particulares que las empresas han asumido e introyectado como propias.

Lo que se conoce como la era moderna de RSE comienza en el año 1953 con el libro que se considera la piedra filosofal de la RSE escrito por H.R Bowen “Las responsabilidades sociales del empresario” (Social Responsibilities of the Businessman). En este libro, el señor Bowen postula que los gerentes tienen la obligación de tomar decisiones considerando siempre estar alineados con los objetivos y los valores de la sociedad. Después de Bowen, vienen autores con Joseph W. McGuire (1963) quien escribe que la responsabilidad social supone ir más allá de las responsabilidades económicas y legales de las empresas y Keith Davis (1980) quien dice que las decisiones de los gerentes sobre las acciones de las empresas deben ir más allá de los intereses técnicos y económicos de las empresas.

Con todo, el auge de la RSE ha coincidido con un incremento en la preocupación por la reputación de las empresas y las empresas han adoptado iniciativas de RSE basándose en el supuesto que tanto los consumidores como accionistas valoran las empresas socialmente responsables (o al menos que rechazar las empresas con comportamiento negligente ante las demandas sociales). Es por esta razón que cada vez más, la responsabilidad social de las empresas va a estar enfocada a mantener su legitimidad social y maximizar su viabilidad financiera. Por esta razón, la RSE no puede ser considerada actualmente como iniciativas voluntarias, puesto que tanto la reputación como el acceso a mercados dependen de la capacidad de respuesta a las demandas explicitas e implícitas de la sociedad.

Por: Maria Alejandra González-Pérez. Jefe Departamento de Negocios Internacionales. Universidad Eafit.

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