viernes, 17 de diciembre de 2010

Cuando los ‘bocachicos’ del 358 y 386 se comen a las ballenas del 322

Durante la madrugada de ayer, mientras iba rumbo a mi casa, conversaba con uno de los taxistas de la muy reconocida estación de taxis 322 22 22 acerca del mercado y las competencias. Algo curioso, porque pocas veces me han tocado taxistas que hablen de mercadeo como el que me tocó.

Entre risas y diálogos informales la conversación inició hablando de los modernos localizadores satelitales que poseen los taxis para llegar a recoger una carrera. Desde entonces, empezamos a hablar de la competencia, de cómo nació y de qué forma ha perjudicado al gigante monopolio de hace unos años, el famoso 322.

Guardo la identidad del inteligente caballero que me comentaba que hace unos años atrás la gerencia de la estación veía a su empresa cómo lo máximo, creía y estaba seguro de que no existía competencia alguna y por ende sus carros podrían cobrar lo que sea por una carrera. Al fin y al cabo era el parque automotor más grande que tenía la ciudad. Eran rápidos y efectivos, pero les faltaba algo, la humildad. Al parecer sufrían de arrogancia corporativa.

Un día, uno de los socios decidió salirse del negocio y montar su propia estación de taxis, una nueva marca en el sector llamada los 358 88 88. Según mi amigable compañero de viaje, la ballena de casi 3.000 carros del 322 aún veía a los del 358 como simples bocachicos en un enorme océano conquistado por los del 2. Sin embargo, no se iba dando cuenta que los nuevos ‘bocachicos’ se estaban abriendo en el mercado. Si tenían que pagarle a una hotel para que los llamaran lo hacían. Si tenían que ‘ligar’ (Darles una propina) a los porteros de los conjuntos lo hacían y así poco a poco lo que era un pequeño grupo de pececillos se iba convirtiendo en una gran colonia.

Luego apareció en la ciudad la famosa ley del pico y placa para los taxistas, aún bajo la arrogancia corporativa las Ballenas del 322 hacían que los taxistas pagaran su tarifa aún en los días de pico y placa. Ni siquiera una huelga de empleados logró algún cambio.

De la problemática nacen la nueva raza de los 386, un conjunto de taxis que se abrió al mercado con lo último en sistema satelital. Más de 500 taxis del “gigante” 322 huyeron para ser parte del nuevo sistema, que no sólo, NO cobraba las tarifas en días de restricción sino que también les enseñaba atención al cliente.

¡Poom! Ese golpe si lo sintió la ballena. Según el taxista, desde entonces los conductores del 322 ya no pagan tarifa en días de pico y placa, ahora están realizando un curso intensivo de atención al cliente y el próximo paso es uniformarlos a todos. ¿Qué sucedió entonces? Que mientras el pez grande se cree el dueño del mercado, los peces más pequeños lo devoran sin darse cuenta.

Lo que se pudo haber evitado desde un principio con una instauración de verdaderos valores corporativos, se tuvo que convertir en una respuesta de contingencia frente a una emergencia económica, todo esto producido por lo que organizacionalmente Italo Pizzolante lo llama ‘Arrogancia Corporativa’.

Una empresa debe nacer con valores, crecer con ellos y mantenerse con ellos. Un buen proceso de ‘evangelización corporativa’ (Sin referirse a religión) puede generar una cultura de equipo que en conjunto pone a funcionar el engrane de la empresa logrando la consecución de todos los objetivos planteados.

Lastimosamente el tiempo se acabó y llegue a mi casa, no pude seguir conversando con esa persona que sin saberlo se convirtió en un verdadero comercial de su empresa, gracias a él me di cuenta de lo que se está realizando en el gremio y he conocido mejor el mercado.

Hoy en día las 3 empresas mantienen un mismo nivel, todos nacieron del 322 y ahora son 3 empresas distintas. Todas ofrecen lo mismo, el resto lo dejo a su opinión personal. EB

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