lunes, 23 de mayo de 2011

Los "nativos digitales" e Internet se preparan para dar un “golpe mortal” a la televisión por cable



La televisión por cable enfrenta tiempos decisivos para su futuro en la Argentina, pero no tanto por las peleas que sus actores mantienen con el Gobierno nacional, las empresas de telecomunicaciones o las cooperativas, sino por los cambios tecnológicos y culturales que se registran en el mundo y que también comienzan a llegar al mercado local.

Los dos fenómenos que pueden llegar a dar un “golpe mortal” a la TV paga por fibra óptica o coaxil son Internet y los denominados “nativos digitales”, las personas que nacieron a mediados de la década del '80 del siglo pasado y que hoy ya son mayoría en el país.

Además, puede aparecer un nuevo actor en el mercado: la Televisión Digital Terrestre (TDT), siempre y cuando se cumplan los planes oficiales de su despliegue, que podría asestar la ofensiva final contra los “cableros”.

El duro y dramático panorama para el futuro de los cableoperadores fue descrito el viernes por el consultor Enrique Carrier, en el VI Encuentro Internacional de Banda Ancha y Cable Módem, que organizó la Asociación Bonaerense de Televisión (ABT), con el apoyo de la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC) en la ciudad de Mar del Plata.

El analista señaló que esta especie de “tormenta perfecta” que enfrentan los “cableros” está compuesta por tres factores: los cambios en la infraestructura digital y en los hábitos de consumidores de medios, y la convergencia de la TV con Internet que crea nuevos competidores.

En la Argentina se registran desde hace algunos años modificaciones en la estructura de comunicaciones. Se desaceleró la banda ancha fija, que vivió una época de oro entre los años 2004 y 2008, pero que en 2009 creció un 12%, y en 2010, un 15%, en cantidad de abonados.

Conectividad

La penetración de esta tecnología de conectividad es de apenas el 45% de los hogares argentinos, por lo que, según Carrier, “no se puede pensar que no se puede crecer más. No es un problema de falta de demanda. Además, las condiciones no son similares en todo el país y hay mucha demanda reprimida”.

Otro proceso que se da en cuanto a la conexión a Internet es el despegue de la banda ancha móvil, con los módems que se “enchufan” en computadoras portátiles o incluso fijas y que se conectan a la red por la red de un operador móvil. Aquí, el consultor no incluye en sus cifras a los teléfonos “inteligentes” (“smartphones”, en inglés) que disponen de conexión a la Web o al e-mail.

Este crecimiento de la Internet móvil es tal que en menos de tres años alcanzó el millón de conexiones, una cifra que a la banda ancha fija le demandó cinco años.

¿Cómo repercute esto en los cableoperadores que dan además servicios de Internet? “Pierde terreno”, fue la respuesta de Carrier. Hoy el ADSL (la banda ancha telefónica fija) tiene el 51% del mercado; el cablemódem, 27%; los módem 3G, 20%; y las conexiones inalámbricas, 2%, según los datos del analista.

Otra mala señal para los “cableros” es la penetración de la banda ancha en el total de clientes del “servicio madre”: mientras el 31% de las 9,3 millones de líneas telefónicas tiene conexión a Internet, apenas el 21% de los 6 millones y medio de abonados por la TV por cable pueden decir lo mismo. En el caso de Cablevisión, el principal operador del país, esa relación es del 31%.

Descargas

El impacto de las mejoras en las redes fijas, que disponen de mayor velocidad de descarga por el mayor ancho de banda, aunque no se llegue a los parámetros de transferencia que tienen los países desarrollados, abre un nuevo proceso en el consumo de video a través de Internet.

Así, según Carrier, se pasó de una etapa donde los consumidores especializados utilizaban servicios como Bit Torrent, Taringa o Ares para descargar sus videos y luego verlos en una PC o en un televisor, a un nuevo modelo de “streaming”, donde los videos se ven en sitios como YouTube, Netflix o Hulu.

Este proceso se ve profundizado por la sencillez de la interfaz de estos sitios, donde simplemente se busca y elige el video y se lo reproduce en la misma Web.

De esta manera, se observan fuertes cambios en la demanda de materiales audiovisuales: según Carrier, casi 11 millones de personas miran video por Internet en la Argentina. Y de ellos, 3 millones y medio ven contenidos de televisión, como series y telenovelas.

La descarga de video para verlo luego en la computadora o en un televisor también tiene un alto número de seguidores: 5,4 millones la practican, de los cuales 1,7 millones lo efectúan con series televisivas.

Con este proceso se abren nuevas fuentes de acceso al video, cuyo mejor ejemplo es YouTube, que hoy ofrece contenidos disponibles bajo demanda, calidad de alta definición (HD, sigla en inglés), acuerdos con tenedores de derecho para “broadcasting” (emisión en vivo o en tiempo real) de eventos, y que planea lanzar un videoclub “online”.

“Si en 6 años pasamos de algo que no existía a esto, ¿qué pasará en los próximos cinco años?”, planteó Carrier ante una audiencia compuesta en su mayoría por casi un centenar de cableoperadores.

Pero YouTube no está sólo: en la Argentina desembarcará próximamente Netflix, con contenidos profesionales y propios. ¿Cuál es la relevancia de este jugador en su país de origen, los Estados Unidos? Hoy allí representa el 30% del tráfico de video por Internet. Y el 50% del tráfico total de la red en la nación norteamericana lo ocupa el video.

“El negocio de la TV por cable está muy amenazado por la descarga de video”, afirmó Carrier, quien ofreció estos números “argentinos”: de los 20 millones de usuarios de Internet que hay en el país, uno 10% mira en forma diaria videos “online” en su computadora. Pero si se suman a los ven “ocasionalmente” aunque sea una vez a la semana, la suma llega a 11 millones de personas.

De esta manera, cambian los paradigmas del consumo: se va de un modelo de “broadcasting”, donde el espectador es rehén de un programador de ciclos o eventos, a uno de bajo demanda. Mientras en el primero se da un fenómeno de masas, en el segundo el usuario deja de ser pasivo y elige por sí mismo cuándo, cómo y dónde mirará la pieza elegida.

Además, con los celulares con capacidades de conexión a redes de tercera generación (3g) o WiFi, y las tabletas, como la famosa iPad, se agregan nuevas pantallas a las ya existentes.

Nativos digitales

A todos estos factores tecnológicos se une otro social y cultural: la presencia de los “nativos digitales”. Se trata, según la descripción de Carrier, de personas que nacieron a partir de los mediados de la década del '80 del siglo pasado, se criaron rodeados de tecnología, con decenas de canales de TV, consolas, celulares, computadoras, y que no son necesariamente “techies”, es decir, apasionados por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

“La tecnología es algo natural para ellos y son propensos a crear nuevas formas de hábitos de consumo”, afirmó el analista. Estos “nativos” conviven con los “inmigrantes digitales”, personas que se criaron y vivieron muchos años en un paisaje menos atravesado por las TIC.

¿Cómo está la situación “demográfica digital” de la Argentina? De acuerdo a Carrier, los “inmigrantes” son 18 millones, un 48% de la población, mientras que los “nativos” ascienden a 21 millones, un 52%. Lo mismo se verifica entre los usuarios de Internet pero desde hace algunos años.

Pero además, hoy “están entrando las primeras generaciones de adultos que son nativos digitales y que toman decisiones autónomas sobre lo que consumen”, señaló el analista. Así, para estas personas el teléfono fijo es una cosa del pasado, reemplazado para hablar por el celular. En cuanto al televisor, es sustituido por Internet al momento de entretenerse. De este modo, “incorporan nuevos hábitos de consumo que llegaron para quedarse”, afirmó el analista.

Convergencia

Además, a la TV por cable le aparecen otros competidores por el lado de la convergencia entre la televisión e Internet. Una manifestación de esto son los aparatos receptores que se conectan a la red. Esto no es gratuito para los cableoperadores porque los clientes pueden nutrir su pantalla de contenidos provistos por otras vías.

A estos televisores “conectados” se suman consolas de videojuegos, los “media players” y las computadoras portátiles y de escritorio. “Hoy la ‘tele’ es un monitor porque la computadora ganó la batalla contra la televisión”, afirmó Carrier, quien señaló que la convergencia genera “una desintermediación en el tema de los contenidos, que se independizan de la red de transporte”.

Para el analista, la televisión por Internet no reemplaza a la televisión tradicional, sino que cambia el modo de ver ese contenido. Por ejemplo, los goles que marcó Lionel Messi para el Barcelona contra el Real Madrid en la primera semifinal de la Champions League se transmitieron en vivo en la Argentina un día de semana a la tarde por una señal de TV paga. Las personas que tienen conexión a Internet y que no pudieron ver los goles en vivo y en directo no debieron esperar, como sucedía antes de la llegada de la red, a que los canales de televisión los repitieran a la noche: “van, se meten y lo ven por Internet”, dijo Carrier. “No tienen idea cuál es el canal que lo pasa, entran en Internet y lo ven cuando quieren”, agregó.

Negros nubarrones

El analista describió una “combinación amenazante para el negocio de la TV por cable”. Uno de los elementos de esta movida son los proveedores telefónicos de Internet ofrecen servicios de videoclub “online”, como el “On video” de Speedy (Telefónica). “Son contenidos bajo demanda y no ‘broadcasting’ y evitan impedimentos legales, es un valor agregado a la conectividad”.

Pero el más preocupante para los cableoperadores es la Televisión Digital Terrestre (TDT), que combinada con el video bajo demanda (VOD, sigla en inglés) disponible a través de Internet, “puede convertirse en un sustituto del cable”.

¿Cuál será el rol de cada uno? El VOD se destinará a ver series, películas, recitales y documentales, mientras que la TDT se empleará para eventos en vivo, como deportes, noticieros y entretenimiento.

Además, “la movilidad es el gran paso que se está dando”, gracias al “aumento de las capacidades de celulares y redes, que agregan posibilidad de ver contenidos bajo demanda”. Estos equipos serán complementos del televisor, interactuarán con la TV y la PC para seguir consumiendo un contenido que se inició en movimiento.

¿Recetas de supervivencia para los “cableros”? Carrier ofreció algunas pistas mechadas con advertencias: “Es necesario y fundamental tener una estrategia fija y móvil” en cuanto a la oferta de contenidos y de vías de transporte. “Si tenemos sólo una estrategia fija, tarde o temprano nos van a pasar por encima”, vaticinó.

El panorama se presenta muy complicado, porque mientras las “telcos” hoy no tienen TV pero tienen VOD, a los cableoperadores les falta la movilidad y la oferta fija tiene sus límites.

“El cable esta seriamente amenazado y con esto lo está la más importante infraestructura alternativa de banda ancha” del país, sostuvo el consultor, quien recordó que la mayoría de los hogares hoy tiene acceso físico a, por lo menos, dos redes: la telefónica y la TV por cable. “Hay que potenciarlas, permitiendo que todas puedan dar todos los servicios”, propuso.

“Los ‘cableros’ deben participar sí o sí en el negocio móvil, porque sino corren el riesgo de perder relevancia”, recomendó Carrier, quien sugirió que estos jugadores “no deben quedar afuera de licitaciones de espectro para dar ‘advance wireless service’ o 4G”. Aunque reconoció que “los más grandes (cableoperadores) podrán participar solos o en sociedades”, propuso “propiciar la existencia de un operador móvil mayorista que dé lugar a operadores móviles virtuales (OMV)”.

“El desarrollo tecnológico le quita espacio al cable. La convergencia no puede ser detenida. El cable necesita transformarse rápidamente de un proveedor de TV a uno multiservicio o perderá relevancia”, concluyó el analista, quien recibió fríos y protocolares aplausos de una audiencia que quedó muy preocupada por el futuro que se les avecina.

Por César Dergarabedian
iprofesional.com

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