domingo, 21 de noviembre de 2010

Conociendo el Café, disfrutando el lugar…



Mientras espero que venga el carro de la empresa a recogerme para hacer un trabajo periodístico sobre las carreras de ‘¼ de milla’, aprovecho para mostrarles un poco de que se trata todo esto.
Pensé en crear este lugar para que usted se sienta tranquilo, fresco y bien atendido, pues aquí todo lo que esté en su imaginación puede ser real mientras hablamos un poco de las organizaciones.
Mi ‘FreshCompany & Café’ es un lugar amplio de ambiente fresco y relajado. La decoración es a  base de elementos de madera y vidrio, un lugar que tiene los baños –al fondo a la derecha- y el servicio es prestado por la persona que quiera, sólo imagínese al mesero o a la mesera de sus sueños y allí estará.
Mejor dicho, imagínese el café de sus sueños y ese es el que le vamos a servir mientras usted expresa lo que quiere.
Los manteles son grandes pliegos de papel bond y los centros de mesa son coloridos vasos de vidrio que en su interior tienen toda clase de crayones y lápices para usted rayar, dibujar o simplemente garabatear mientras conversa.
El sistema de mesas es similar al que manejan los hoteles Decamerón del mundo, un sistema compartido. Le explico, si usted llega siempre va a ver un puesto libre esperándolo, pero nunca, léame bien –nunca- estará solo en la mesa, siempre tendrá la compañía necesaria para escucharlo o simplemente para que le hable de cualquier tema. La idea es que todo el conglomerado de pensamientos que surjan en este lugar se plasme en los manteles para crear un inmenso océano de particulares opiniones.
Hoy por ejemplo, es una mañana tranquila, las noticias se mueven como siempre, pero son noticias frescas de un domingo calmado. El Espectador tiene en su página web su especial de deportes, el tiempo.com abre su página con el pensamiento del presidente Santos y el Heraldo.com.co abre su primera plana con el controversial juicio de Samuel Viñas.
Mientras escribo estas líneas y actualizo una nota sobre lo que piensa Panamá con respecto al asilo político que pidió la ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado, me tomo un delicioso café de oficina, de esos que son gratis para todos los empleados y que algunos días está amargo y otros demasiado dulce.
Lo importante es que está calientico y apacigua el frio producido por las brisas ‘decembrinas’ de la Región. Tuve la oportunidad de pedir cualquier otro tipo de café, pero hoy quiero sentir que me tomo un ‘tinto’.
Como acabo de abrir este lugar, me encuentro solo contemplando las cientos de mesas que lo hacen lucir como un gran aeropuerto donde sé que muchos llegarán y se irán, pero otros llegarán y volverán a diario.
El piso, brillante como porcelana, multiplica mi reflejo cuantas veces lo desee y el olor a nuevo de las tasas y servilletas bordadas llena mi corazón de alegría.
Estoy seguro de que muy pronto, empresarios, ejecutivos, estudiantes, padres y abuelos,  debatirán a diario sus experiencias corporativas. Así como esas historias que cuentan los sabios ancianos cuando recuerdan el colorido sabor de su pasado a blanco y negro.
Llevo 5 sorbos de mi café y tengo el aroma impregnado en mi nariz, huele como a montaña, o mejor saben que, huele a bosque, me encanta el olor del bosque húmedo, es inspirador.
Espero que poco a poco vayan entendiendo la dinámica de este lugar y lo disfruten al máximo. EB

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