Antes de irme a descansar y abandonar la enorme sala de este café virtual, se me ocurrió hablar un poco del temor que poseemos los jóvenes profesionales de atrevernos a ser verdaderos emprendedores. Le tenemos miedo al riesgo, nos da asco el compromiso y hasta pereza de empezar a construir nuestros sueños.
Todo lo dejamos en palabras pero no lo plasmamos en papel. Grandes proyectos han nacido de pequeñas ideas, lo sabemos, pero no confiamos en nosotros mismos ni mucho menos en las oportunidades de nuestro país.
A veces queremos ser conformistas y conseguir todo de inmediato, queremos montar empresa pero generando utilidades desde un principio, sin desear algún tipo de esfuerzo intelectual o corporal.
Todo esto lo digo porque de mi mente han brotado ideas corporativas geniales y estoy completamente seguro que de la suya también han surgido ese tipo de ideas.
Quise tomar esta vez un lápiz y rayar el mantel con tres ideítas básicas:
La primera, aunque tengamos la idea de empresa, siendo una muy buena idea, muchas veces no encontramos personas que crean en nosotros y nos apoyen en el proyecto, hay pocos emprendedores y los que hay, están pensando en crear su propio negocio.
La segunda, muchos quieren emprender con la venta de productos, pocos se arriesgan a vender servicios por que se trata de vender nuestras ideas.
Y la tercera, hay que tener pasión por nuestros sueños, tenemos que creer en nosotros mismos, si no creemos en nosotros, nadie más nos creerá.
Vivimos en un país con hambre de progreso, con sed de ideas y con ganas de seguir trabajando para mejorar las condiciones de vida.
No son críticas, solo comparto con ustedes algunos de los pensamientos que rondan mi cabeza mientras trato de conciliar el sueño. Me pinto en un futuro con empresas gigantes, llenas de líderes como usted y como yo, que no buscamos dar órdenes para cumplir, si no que cumplimos para sentirnos satisfechos de que lo logramos.
Sueño con empresas que escuchan, con compañías que dialogan, con negocios que trabajan en equipo. Tomo café para conversar con ustedes, quizás de todo esto salga algún día la clave para despegar y lograr metas…
Gracias por acompañarme en mi blog, por tomarse un café conmigo y leer un poco de lo que necesitamos. No me conformo solo con escribir, quiero que usted escriba, que raye el mantel, que busque ideas, sé que las tiene.
Tomémonos un tinto, seamos amigos… ¿le suena? Es un bonito eslogan, que tal ser recordado de esa manera. EB
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